sábado, septiembre 30, 2006

Día Internacional Del Traductor - 30 Septiembre


Hoy se conmemora en todo el mundo el Día del Traductor. Coincide con el Día de San Jerónimo, considerado por muchos como el primer traductor y el patrono de los traductores. San Jerónimo tradujo la Biblia al latín, por allá en el 383 d.C., versión denominada "Vulgata" (probablemente llamada así porque el latín era la lengua del pueblo, y hasta ese entonces la Biblia solamente se encontraba disponible para quienes conocían el griego y el hebreo) y, además, hizo toda una defensa de su traducción en la época, con un documento que se considera como el primer tratado de traductología.

Más o menos desde 1991, la FIT (Fédération Internationale des Traducteurs - Federación Internacional de Traductores), a través de su Comité de Relaciones Públicas, ha estado fomentando la celebración del 30 de septiembre como el día internacional del traductor, no tanto como un reconocimiento a San Jerónimo (que sería una celebración más bien religiosa) sino como una forma de promover la profesión en un mundo cada vez más globalizado y, por ende, dependiente de la actividad de los traductores.

Así, hoy se realizan distintas actividades en el mundo para celebrar la ocasión. En Chile, el COTICH (Colegio de Traductores e Intérpretes de Chile) y la Facultad de Letras de la Universidad Católica efectuaron, ayer 29 de septiembre, una actividad conmemorativa en dependencias del Campus San Joaquín, ocasión en que se concedió el Premio de Traducción 2006 a Marlene Hyslop, "en reconocimiento a su excelencia profesional y destacada labor en el ámbito gremial", según la nota de prensa de la UC.

Sin más que agregar, ¡feliz día a todos los traductores!

domingo, septiembre 24, 2006

¿Traductor o Intérprete?


Un diálogo común en nuestras vidas es cuando nos preguntan acerca de nuestra actividad. Invariablemente, en todas las ocasiones, la persona que me pregunta qué hago como traductor no sabe distinguir la diferencia entre traductor e intérprete. Básicamente, el diálogo es así:

- amigo/pariente/vecino : ¿Y a qué te dedicas?
- Sergio : Soy traductor.
- amigo/pariente/vecino : Ah, ¡qué interesante! ¿Y es muy difícil?
- Sergio : A veces sí. Hay que documentarse bastante.
- amigo/pariente/vecino : Igual debe ser complicado decir en español lo que la otra persona está hablando en inglés.
- Sergio : No, no. Eso se llama interpretación. Yo soy traductor, trabajo con textos.

La traducción y la interpretación son dos actividades que pueden estar muy relacionadas entre sí. En ambas se trabaja con los idiomas, ambas consisten en transmitir en un idioma meta lo que se comunica en un idioma fuente, y en ambas el conocimiento y la documentación son de vital importancia. Pero entonces, ¿qué hace que estas dos actividades sean tan distintas a la vez?

Son varios aspectos los que las diferencian. En primer lugar, la interpretación es oral. Una persona habla en un idioma x y el intérprete pronuncia sus enunciados en el idioma de destino. La traducción, en cambio, es escrita. El traductor recrea el contenido del autor en el idioma de destino. Esta diferencia nos lleva a la segunda: la interpretación es inmediata, es una actividad que se realiza a medida que el contenido se va generando. La inmediatez de la actividad depende del tipo de interpretación. En la interpretación simultánea, por ejemplo, el intérprete transmite el mensaje desde una cabina, el orador se expresa libremente sin detenciones y la audiencia escucha el contenido a través de audífonos. Es el tipo de interpretación que se aprecia en grandes reuniones, como las que se realizan en la ONU. La interpretación consecutiva es aquella donde el orador hace pausas en su discurso para que el intérprete lo comunique en el idioma de destino. En este caso, el intérprete se encuentra al lado del orador y por lo general no se utilizan soportes técnicos. Hay otros tipos de interpretación, pero creo que estas dos son las más frecuentes. Por otro lado, la traducción no es inmediata. Generalmente, el traductor realiza su actividad cuando el contenido original ya ha sido creado en su totalidad. En este sentido, el trabajo del traductor es menos estresante y permite corregir los errores. El traductor puede volver sobre el texto cuantas veces quiera o incluso contactar al autor para resolver dudas sobre su mensaje. El intérprete no tiene estas posibilidades.

De las dos diferencias ya enunciadas podemos derivar muchas más. Por ejemplo, decir que la herramienta de un intérprete es su voz y que la del traductor es su procesador de textos. El intérprete necesita documentarse antes de realizar su actividad, el traductor puede documentarse a medida que realiza su trabajo. La interpretación exige dominio absoluto de dos habilidades lingüísticas: la audición y la expresión oral. La traducción exige dominio de las otras dos: lectura y escritura.

¿Puede un traductor ser intérprete o viceversa?
Sí y no. Y esto es una opinión muy personal. La respuesta puede ser afirmativa, ya que existen muchas escuelas en que se prepara para ambas actividades. Como vimos, las diferencias son bastantes y, por ende, las habilidades y técnicas para realizar uno u otro trabajo también son distintas. En resumen, si una persona puede desarrollar de manera óptima las cuatro habilidades lingüísticas, podrá desempeñarse como traductor y como intérprete. Pero esto no es algo que ocurra con mucha frecuencia. Por lo general, desarrollamos algunas habilidades más que otras y eso termina por indicarnos cuál es el área donde mejor nos desempeñaremos (en caso de que hayamos recibido instrucción en ambas actividades). Por otra parte, creo que es mucho mejor dedicarse a una sola actividad y perfeccionarse en ella. En mi caso, mi universidad me preparó para ser traductor y no para ser intérprete, de modo que no conozco las técnicas de interpretación y tampoco he desarrollado al máximo las habilidades lingüísticas necesarias para realizar ese trabajo. Sí, soy bilingüe, pero leo mejor que lo que escribo, no me cuesta conversar en inglés, pero sí decir en español lo que otra persona acaba de pronunciar en inglés.

Entonces, quedamos en eso: soy traductor y no intérprete. ¿Entendió la diferencia?

domingo, septiembre 17, 2006

MT : Traducción Automática

La traducción automática (Machine Translation, MT) es un tema polémico en el mundo de la traducción. Tiene tanto defensores como detractores, y existen compañías que han destinado enormes cantidades de su presupuesto para desarrollar sistemas que sean confiables. La discusión parece centrarse en la pregunta "¿Es dispensable el trabajo de la traducción humana?"

Yo ya tenía una respuesta al respecto en mis primeros años de universidad tras haber usado software como Power Translator y, a diferencia de algunos de mis compañeros, nunca vi la MT como una amenaza para el trabajo de los traductores de carne y hueso, básicamente debido a la diferente calidad del resultado. No obstante, es cierto que el cliente decide con quién (o qué) trabajar y, en este sentido, es muy probable que los clientes estén más interesados en reducir los costos de traducción al mínimo que en lo saludable que puedan resultar las versiones de sus documentos en otros idiomas. Momento, es verdad que muchos clientes sí pagan mucho dinero para obtener calidad, pero no podemos negar que hay aquellos a los que básicamente no les interesa, y encontré un ejemplo claro de esto mientras leía un artículo de Common Sense Advisory.

En dicho artículo se menciona la traducción del sitio Web oficial de la ciudad de San Francisco, California. Por razones de presupuesto, la traducción fue realizada solamente con software automático en dos sabores: Google y Systran. Los resultados no fueron satisfactorios y el alcalde de la ciudad solicitó a un comité revisar la traducción de los distintos idiomas. La conclusión: el sitio tiene secciones cuyo lenguaje es ininteligible.

Source: US English


Target: Spanish


Si bien la discusión que produce la traducción automática está lejos de concluir, hay algo que no podemos dejar de saber: la MT no es un sustituto de la traducción humana. No se trata de rechazarla de plano (en eso estoy de acuerdo con el autor de CAS), pero sí hay que entender que si un cliente desea usar traducción automática, necesariamente necesitará un grupo de expertos que editen los resultados. La traducción automática no es infalible, pero puede convertirse en una herramienta útil si se la utiliza con el cuidado necesario.

jueves, septiembre 07, 2006

Oportunidades

Resulta un poco triste ver que muchos traductores se titulan para terminar haciendo clases de inglés (quizás en el mejor de los casos) o involucrándose en quehaceres no relacionados con los idiomas. Y está bien, es cierto: nos desanima no encontrar un lugar donde ejercer a cambio de un ingreso estable. Es probable que la mayoría nos graduemos con el paradigma equivocado: quizás el traductor es por defecto un profesional freelance, y un freelance tiene que ir hacia las oportunidades, no esperar a que éstas aparezcan. En nuestro caso, creo que esas oportunidades están más allá de nuestras fronteras, específicamente en los países que producen bienes manufacturados y cuyas empresas buscan penetrar en nuevos mercados.

¿Cómo llegar a esas oportunidades? Esa ya es otra historia. Nadie dijo que es un asunto sencillo y libre de esfuerzo. Es todo lo contrario: hay que sortear muchos obstáculos y estar dispuesto a hacer sacrificios (¡como en todos los ámbitos de la vida nomás!), pero bien vale la pena.