martes, abril 03, 2007

La traducción en Chile (Parte II)

Últimamente he escuchado a varios académicos del área de la traducción opinar sobre lo negativo que, según su informada opinión y conocimientos, resultan ser “estos programas nuevos que traducen”.

Pues bien, estos nuevos programas, como dicen, se utilizan en la industria de la localización desde principios de la década de los noventa, al parecer, sin que nadie haya avisado a estos señores.

Incluso hoy en día, muchos traductores profesionales y más estudiantes, desconoce completamente estas herramientas, razón por la cual no pueden ingresar a las "ligas mayores" de la industria, no obstante su calidad lingüística.

La escasa profesionalización de la actividad en nuestro país, y su estatus de oficio o de actividad desconocida o no clasificada en las entidades de registros de actividades comerciales, tiene su origen, entre muchas otras, en la ignorancia del mercado de la localización de las personas a cargo de la formación de los profesionales de la traducción en nuestro país.

Si nos damos el trabajo de averiguar cuántas mallas curriculares de las instituciones de educación superior incluyen alguna de las llamadas herramientas CAT, descubriremos, sin sorpresa alguna, que no superan las 5...

¿Qué hacer ante un panorama como este?

¿Cómo profesionalizar nuestra actividad?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece interesantísimo. Creo que los traductores que estamos subidos en el carro de la traducción profesional debiéramos empezar por elaborar, en forma participativa, un esbozo de malla curricular idónea y ofrecérselo a las jefaturas de carrera de las diversas instituciones que imparten la carrera.

Anónimo dijo...

También debiéramos dar a conocer dicha propuesta de malla curricular a los actuales estudiantes, ya que ellos también pueden influir en estos cambios, que, aunque lentos, sí se producen.

Anónimo dijo...

Recuerdo que cuando un colega intentó incorporar la enseñanza de herramientas CAT como parte de una asignatura dictada por un profesor que oyó sus consejos, se topó con otro problema: las compañías no suelen poner a disposición de las universidades su software y si lo hacen, obligan a éstas a participar en programas engorrosos o a comprar licencias.

Anónimo dijo...

Otra forma en que los actuales profesionales, interesados por engrandecer nuestro arte, debiéramos intervenir es invitar a las empresas a compartir versiones limitadas de distribución gratuita de sus programas a universidades y centros de formación, para que de esa manera se incorporen más traductores al uso de herramientas CAT de alta complejidad. No creo que sea algo imposible de lograr, quizás con una mediación del COTICH o una institución similar.

YAN dijo...

Los felicito por su blog, a pesar de que hablan de la traducción en Chile, creo que traductores como yo de otros países nos enriquecemos con sus artículos